Restauración del violonchelo Stradivari del Palacio Real de Madrid - Doce Notas
Restauración del violonchelo Stradivari del Palacio Real de Madrid
Jordi Pinto - publicat a la revista DOCE NOTAS el dia 01/10/2012
El lunes día 24 de septiembre el presidente de Patrimonio Nacional, Rodríguez-Spiteri y Palazuelo convocó a un reducido número de personas selectamente escogidas para la presentación pública de los trabajos de restauración efectuados sobre el violonchelo ornamentado del cuarteto Stradivari del Palacio Real de Madrid.
Tras unas pocas semanas de restauración el instrumento vuelve a estar en perfectas condiciones para su uso, e incluso se puede afirmar sin ningún género de dudas, mejor de lo que estaba. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Veamos un poco la cronología de los hechos.
El accidente
A mediados del mes de abril un joven estudiante español que cursa sus estudios en la escuela de Cremona solicitó un permiso para poder examinar los instrumentos ornamentados de Stradivari que están expuestos en el Palacio Real de Madrid. A pesar de la calidad, rareza, valor y exclusividad de las piezas sorprendentemente el permiso se le concede ya que aporta documentación conforme hizo lo mismo con algunos instrumentos Stradivari que alberga la ciudad de Cremona.
Durante la sesión fotográfica y de forma totalmente fortuita, uno de los soportes cede y el instrumento cae, dándose un golpe con el canto de una mesa y a consecuencia del cual el mango se parte. A pesar de la espectacularidad, el accidente no es tan grave como parece. Además, el mango ya no era el original de Stradivari, si no que ya había sido sustituido a finales del siglo XIX.
Dada la larga historia del violonchelo –unos 300 años desde su construcción– es normal que haya sufrido desgaste por el uso y la manipulación, así que lógicamente ha tenido que ser sometido a cuidados de algún tipo: Patrimonio tiene registrados desde el mismo siglo XVIII la intervención de hasta siete luthieres, ocho contando la restauración actual.
La restauración ha consistido en la sustitución del mango que había anteriormente, fracturado de forma accidental tal como hemos visto, por uno nuevo hecho a medida y proporciones para ser tocado según los cánones actuales de inclinación y altura respecto a la caja de resonancia. A pesar de ser una restauración relativamente habitual y simple, aunque laboriosa, el violonchelo de Stradivari presenta unas dificultades añadidas fáciles de comprender: el margen de error en los cortes y encajes es cero. Teniendo en cuenta las incrustaciones de los aros y la importancia y valor de la pieza en general, no se puede recortar ni añadir nada respecto a lo que en su día hizo Stradivari, y el encaje debe ser perfecto, no se pueden añadir cuñas ni suplementos. El problema entonces es más de “pánico escénico” que no de problema técnico irresoluble. La persona adecuada debe ser alguien acostumbrada a tratar con instrumentos de tan alto nivel y con experiencia contrastada.
El proceso consiste en extraer el mango accidentado encajado en el cuerpo del instrumento, limpiar bien la zona y prepararla para encajar el mango nuevo. En el extremo opuesto, hay que realizar otra operación muy delicada: cortar el mango roto a la altura de la cabeza, de forma muy precisa y quirúrgica, y encajar el mango de forma que no se modifique ni recorte ninguna parte de la cabeza original. Una vez encolados los dos extremos se procede al rebaje y pulido de la madera hasta dejarlo a medidas de grueso y ancho adecuados para el uso actual y comodidad de ejecutante. Se ha podido aprovechar el mismo diapasón de ébano que había anteriormente. Una vez finalizadas las tareas relativas a la madera se ha procedido a barnizar y proteger la misma con barniz y pigmentos naturales.
El restaurador: el maestro luthier Carlos Arcieri
Tras un proceso de selección del que poco sabemos pero que habrá sido sin duda más que riguroso, se elige finalmente al maestro luthier Carlos Arcieri para que lleve a cabo la delicada labor de sustitución del mango roto.
Carlos Arcieri, Colombiano de nacimiento y residente en Nueva York desde hace más de 25 años, tiene el curriculum y experiencia perfectos. Formado en la mítica casa Wurlitzer de Nueva York, llegó a esta ciudad a finales de los 60, trabajando y formándose como gran restaurador bajo la directa supervisión del mítico Fernando F. Sacconi, que puso todo su empeño en transmitir sus conocimientos a Carlos, su “hijo adoptivo” y alumno aventajado.
Sacconi estaba tan orgulloso y satisfecho de los trabajos de su alumno como si los hubiera hecho él mismo, dado su grado de exigencia y precisión. Pronto su reputación y cualificación alcanzaron los más altos niveles de profesionalidad. Se estableció por su cuenta en un céntrico taller de Manhattan, donde sigue trabajando con instrumentos Stradivari, Guarneri, Guadagnini, Vuillaume, Ruggeri o Amati.
Ha colaborado profesionalmente con el Metropolitan Museum of Arts, la Filarmónica de Nueva York, la Juilliard School of Music y con grandes orquestas sinfónicas como la de Israel y Austria. El violonchelo Stradivari de la Colección Hellier o el Pietro Guarnieri de Rostropovich son una muestra de las grandes piezas que ha restaurado.
Con más de 40 años de experiencia, Carlos Arcieri es un incansable investigador y convencido docente. Siente una verdadera pasión por la enseñanza y comparte abiertamente sus vastos conocimientos con sus alumnos, con el mismo cariño y dedicación que recibió de su maestro Sacconi.
Aparte de su propio taller en Manhattan, sus actividades se reparten por todo el mundo: trabaja periódicamente dos o tres veces al año en un taller que mantiene en su Barranquilla natal (Colombia) e imparte cursos en Estados Unidos –Universidad de Oberlin, en Ohio– y Europa, siendo en Italia –Biella– donde centra más su actividad.
La presentación en concierto
Aparte de volver a tener el violonchelo ya restaurado y expuesto en todo su esplendor la finalidad principal de un instrumento de música es que suene. El montaje que le ha hecho el luthier Carlos Arcieri es sin duda el de un experto: puente de buena calidad, alma en su justo sitio y máxima comodidad para el intérprete.
Primeramente José Rodríguez-Spiteri y Palazuelo, presidente de Patrimonio Nacional, hizo una introducción, precediendo así a las palabras del luthier restaurador. El propio Carlos Arcieri en pública conferencia relató en primera persona los pasos que ha ido siguiendo y el porqué de cada detalle, acompañando sus explicaciones con diversas diapositivas ilustrativas.
Finalmente se ofreció una breve audición a cargo del profesor de violonchelo, concertista y representante Español de la Asociación Internacional de Luthieres y Presidente de la Asociación Española de Luthieres y Arqueteros Profesionales Francisco González Espinosa, que escogió muy escrupulosamente los fragmentos a interpretar: Preludio, Sarabande y ‘Bourrê I-II’ de la Suite nº 3 en Do Mayor de Johann Sebastian Bach para violonchelo BWV 1009.
Tras la emotiva audición y ya con la satisfacción general del deber cumplido, el violonchelo fue restituido a su vitrina original. Hoy día puede verse de nuevo junto a los otros instrumentos que conforman el famoso Cuarteto ornamentado. Este suceso pasará a ser una insignificante anécdota más en la tan dilatada vida de este singular violonchelo.
© Fotos: Patrimonio Nacional
(Jordi Pinto es luthier de Casa Parramón de Barcelona)